Texto íntegro del Pregón de Semana Santa

PREGON

SEMANA SANTA

HUESCAR 2013

MARIANO SANCHEZ PANTOJA

IGLESIA MAYOR DE SANTA MARIA DE LA ENCARNACION

3 DE MARZO A LAS 13H, TERCER DOMINGO DE CUARESMA

Pórtico

La voz del Pregonero proclama y anuncia el sentir de sus hermanos cofrades. Quieren estas palabras convocaros a una nueva Semana Santa, continuadora de la que en 1488, hace mas de 500 años, recién incorporada la ciudad a la Corona de Castilla y a la Mitra Primada de Toledo, conmemoraron vuestros antecesores. Desde aquellos épicos siglos, habéis alimentado con convicción, entrega, devoción, sacrificio y generosidad, un rico patrimonio de Fe y Amor a la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Salvador y a los Dolores de su Santísima Madre, la Virgen María. Desde este Templo de Santa María de la Encarnación, Iglesia Mayor en la sede apostólica accitana de San Torcuato, y por casi cinco siglos Vicaria de la Catedral de Toledo en el reino de Granada, os traigo las palabras de San Juan de la Cruz, que por aquí pasó, que aquí rezó ante vuestras imágenes y que le dedicó estos versos a María, en el momento álgido de la Historia de nuestra Fe, que representa la Encarnación.

A María en su Anunciación

Entonces llamó a un arcángel

que San Gabriel se decía,

y enviolo a una doncella

que se llamaba María,

con cuyo consentimiento,

el Misterio se hacía;

y en la cual la Trinidad

de carne al Verbo vestía.

Y el que tenía solo Padre

ya también Madre tenía,

quedando el Verbo encarnado

en el vientre de María.

San Juan de la Cruz

Con el HAGASE de María se inicia el Misterio de la Salvación. El HAGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA, permite que lleguemos hasta la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. El Hágase de María, nos abre las puertas para contemplar la Semana Santa de Huescar, de modo que, HAGASE un año mas el cielo en la tierra, preparemos nuestros enseres, las jarras, los varales, palios, faroles y candelerías, estandartes y banderas penitenciales, cortemos la flor mas bella para exornar nuestros pasos, renovemos esencias cofrades, preparemos nuestro hábitos, ajusten sus fajas y apresten los hombros esa vigorosa juventud costalera, celebremos la elegancia y la belleza de las tradicionales mantillas, suenen las cornetas, las trompetas y los tambores, de nuestras formaciones musicales, escuelas ejemplares de compañerismo y convivencia, disfrutemos con las sublimes melodías de una armoniosa música en un difícil trance urbano, que nos eleva el alma y nos rompe en emociones y recuerdos, vivamos la mañana jubilosa cofrade, la imparable cadencia de la atardecida en donde el cielo acompaña en vivos colores los sentimientos sagrados, descubramos la noche mas intensa, el aire perfumado de mil fragancias, impregnemos de incienso nuestras oraciones, iluminemos nuestro camino penitencial con centenares de cirios ofrenda sincera a nuestras mas queridas devociones, abramos los balcones y los rincones del alma a la voz desgarrada de sentidas saetas, lancemos al aire plegarias, vítores, piropos y ….silencio.

Ha llegado la Cuaresma, sus solemnes Cultos, Quinarios y Novenas, no son sino una parada en nuestra vida diaria y que dedicamos a nuestras devociones mas queridas. Parémonos un momento, unas horas, unos días, detengámonos, …. Porque un año mas nos encontraremos con los ojos llorosos de nuestra Madre bendita, implorantes, apenados, perdidos y casi ausente ante tanto dolor. No hay dolor como el de una Madre que pierde injustamente a su Hijo. Ella que lo acunó en un humilde pesebre, lo vio crecer en sabiduría y bondad, lo va a ver temeroso y abandonado en el Huerto, prendido, azotado, escarnecido, insultado, injustamente condenado, con la Cruz a cuestas, camino del Calvario,… en donde morirá y una vez descendido de nuevo volverá a sus brazos maternales, que se romperán de dolor en soledades.

Autoridades.

Ilustrísimo Sr. D. Juan José Toral,  Canónigo del Cabildo de la santa y Apostólica Iglesia Catedral de Guadix. Y párroco de Santa María de la Encarnación de Huescar.

Ilustrisimo Sr. Alcalde del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad de Huescar.

Rvdo. Sr. Vicario Parroquial

Sr. Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de Huescar.

Sres. Presidentes y Juntas de Gobiernos de las Cofradías y hermandades de Huescar.

Dignísimas autoridades, cofrades, familiares y amigos que nos acompañais.

La Huescar Cofrade

Una año mas, en Lunes Santo, la Huescar Cofrade se reúne en torno al Vía Crucis, camino de la Cruz, camino de la Fe. Recorremos las catorce Estaciones contemplando como el Hijo de Dios se hace humano y sufriente, cada una de las escenas y momentos del Vía Crucis están llenos de actualidad, en cualquier medio de comunicación  encontramos asuntos que figuran en el Vía Crucis: el abandono de los débiles, las condenas injustas, la solidaridad con los necesitados, la impotencia ante los poderosos, los desheredados por la sociedad, la omisión ante la responsabilidad, el odio entre los pueblos, el inalcanzable perdón entre los hermanos…

En el Vía Crucis no solo contemplamos lo que le sucedió a nuestro Maestro, sino que tenemos que meditar y reflexionar sobre nuestras actitudes como cofrades ante los sucesos en la “Vía Diaria”. De otra manera la vía, del Vía Crucis, no nos llevará a ninguna parte. Agrupémonos ese Lunes Santo, todos los cofrades, amigos, familiares, costaleros, todos juntos sigamos los pasos del Maestro, los pasos que nos hacen crecer en la Fé, en la Caridad, en la Solidaridad. Los pasos que son el Camino, la Verdad y la Vida.

Porque la misión del cofrade es dar testimonio público de su Fe. Comprometidos con la sociedad que le rodea, encarnados en ella.

Entenderlo de otra manera nos convertiría en pura superficialidad, en fanáticos sin sentido, de anacrónicas ceremonias.

La Cofradía es el lugar del encuentro con el Hermano, el sitio en donde se relacionan las familias cofrades, el espacio para el pueblo cristiano, que siente y vive de una forma especial y plena la Semana Snta, es la Escuela de la Fe, el campo de trabajo de la caridad, el trampolín para la esperanza de una sociedad, en la que tenemos mucho que decir, estamos en este mundo para construir una sociedad mas justa y las cofradías pueden y deben ser los cimientos. Nos lo recuerda nuestro Obispo D. Ginés, en la Carta Cuaresmal:  “…Decir Creo exige un Creemos. No creo solo, creo con los otros. La Fe es comunitaria, porque así lo ha querido Dios.”.

Sintámonos orgullosos de vivir la Fe en nuestra cofradía. El año pasado habeis dado un paso histórico reordenando vuestras procesiones, seguid juntos perfeccionando la Semana Mayor, queda mucho por hacer, darle el protagonismo a cada noche, a cada mañana y a cada imagen, todos juntos lo conseguiréis, sintámonos orgullosos de ser cofrades, proclamémoslo en nuestros entornos de amistad y de trabajo, somos cofrades, ciudadanos de primera comprometidos con Jesús y su evangelio. Con orgullo y responsabilidad,… ¡Soy, y somos cofrades!.

La Pasión con Jesús, en Huescar.

Y ahora vamos a caminar, con Jesús, en esta mañana cuaresmal siguiendo sus pasos, por nuestras calles y plazas, y vamos a vivir con intensidad sus últimas horas. Voy a pintar con la palabra, lo que la emoción vive en las calles de Huescar.  Proclamemos el Santo Evangelio según el quinto Evangelista: el pueblo.

Hágase la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Hágase la Semana Santa de Huescar.

La que nos legaron nuestros mayores. La nuestra.

Entrada en la ciudad santa

Jesús desde temprano, había avisado a sus discípulos que quería entrar en la ciudad santa. Desde el faro espiritual de casi cuatro siglos y medio, que representa el Convento de las Madres Dominicas un revuelo de palmas anuncian el acontecimiento, Jesús, el Maestro, el Rabí viene con los suyos, y va entrando por el Paseo en olor de multitudes y montado en un asno, los niños de Huescar agitan felices las ramas de olivo, los niños cofrades estrenan ilusiones y la mañana soleada, que acuna con el sol la mas popular y sencilla de las procesiones, los cofrades portan las palmas, símbolo que anuncian la venida de un Rey. ¡Hosanna al Hijo de David!¡ Bendito el que viene en nombre del Señor!.

El cortejo se adentra en la plaza y se va acercando a la Iglesia Mayor, en donde el Señor con sus discípulos partirá el Pan, como en la Ultima Cena, y se dará a comer el Cuerpo de Cristo, anunciando que será entregado por la Redención de todos, y se bendecirá el Vino que convertido en Sangre de Cristo será derramada por todos nosotros para perdón de nuestros pecados. Las doce bóvedas de la Iglesia Mayor asisten como los 12 apóstoles a esta Institución del sacramento de nuestra Fé.

Huerto

Antes de que el sol decline, Jesús y los suyos se adentran por la calle Mayor, la Plaza de la Aurora y la calle Morote hacia la Ermita de la Soledad, mas allá de donde acaban las murallas de la ciudad y que en la tarde del Domingo de Ramos es el nuevo  Huerto de Getsemaní, allí lo encontramos sobre un paso cuajado de romero, de hierbas aromáticas, recogidas del paraje de las Santas y que huelen a La Sagra, de claveles y de lirios, El Señor de la Oración, acaba también de despedirse de su Madre de la Soledad que se queda en su palio encendido, como las ascuas de un corazón ardiente en amores hacia el Hijo, Ella sabe que inicia un camino sin retorno.

En el centro de la plaza,  bajo un olivo y confortado por el angel Egudiel aparece Jesús, la emoción se multiplica, el paso cargado por corazones juveniles se presenta al pueblo y con el pueblo como testigo, Jesús le pide al Padre que si es posible le aparte el cáliz de amargura, pero por encima de su voluntad humana están los designios de Dios, “el cordero ha de ser llevado al matadero”, lo profetizó Isaías y así debe ser. En su gran dimensión humana, Jesús siente miedo y con miedo ante el abandono de los suyos se queda solo… ¡SOLO!.

Dime Señor,

¿Donde están tus amigos?

Los que esta mañana te han vitoreado,

Los que esta mañana te han bendecido.

Con los que compartiste el Pan

Con los que bebiste el Vino

Dime Señor,

¿Donde están tus amigos?

Les dijiste que tu oración velaran

Y se han quedado dormidos

En un momento de supremo abandono

desfallece el cordero divino

Mas no se haga mi voluntad Padre

Cumpliré, con amargura mi destino.

Dime Señor,

¿Donde están tus amigos?

Ya vienen con lanzas y palos,

Jesús en el Huerto es vendido

por treinta monedas de plata,

precio, de la traición de un amigo.

Jesús en el Huerto, es prendido.

Jesús se queda solo en el Huerto de Getsemaní, pero en la vuelta a su casa por calle Morote y en la Plaza de la Ermita… los corazones de sus hijos lo arropan, le acunan, lo piropean, le rezan plegarias, le lanzan saetas, allí están sus amigos, la gente sencilla, muchos sin trabajo, los jóvenes desencantados sin horizonte que mirar, los abuelos temerosos pensando que va a ser de sus nietos,

los padres apretando firme las manos de los mas pequeños,

todos miran la cara temerosa de Jesús y se ven reflejados en sus temores, por treinta monedas vendieron a Jesús, ellos hoy no valen ante la codicia de una sociedad egoísta, ni ese precio.

Pero ahí están delante de la Ermita, tus amigos de verdad, hasta el final, con ilusiones, compromiso, con unidad, con responsabilidad, allí, todos junto a Egudiel, el angel Confortador, al pié del olivo,

allí consolándote, están tus cofrades y el pueblo sencillo.

Porque este año, si, este año el cielo quiere, que el Domingo de Ramos, sea Domingo de Olivos.

Pretorio

Los criados del Sanedrín han llevado a Jesús ante la autoridad, para que sea juzgado, pero antes ablandan su voluntan con golpes, insultos y escarnios. Atado y Flagelado se nos presenta Jesús desde la Ermita de la Aurora. La Plaza convertida en pretorio del Gobernador romano, atado y flagelado sobre un suelo de clavel rojo, que quiere empapar la sangre derramada del Redentor, impasible, el soldado se recrea en el castigo y el sayón golpea con saña, la divina espalda del Hijo de Dios.

La escena es alumbrada por cuatro brazos llameantes de luz sobre unos  barrocos respiraderos dorados. El momento llena de catequesis nuestros ojos cofrades y nos hacen meditar,

como es posible que,…..

El, con las manos atadas, hace que los ciegos vean, que los cojos anden, que los mudos hablen y que a los pobres se les predique el reino de Dios,….

Nosotros, con las manos abiertas, no somos capaces de amar, de perdonar, de practicar la caridad, de consolar al necesitado,

De mirar, con ojos limpios de futuro, al que está a nuestro lado.

¿Será que no tenemos las manos libres?

¿A que estamos atados……?

¿A que nos gusta, seguir estando atados…….?

Flagelado… te veo a diario, en tu altar,

Veo diariamente, tus manos,

que son las que están en esa columna,  pero que también son:….

Las manos del enfermo desahuciado,

Las manos del que pide,… lo que sobra,

Las manos de la madre ante la vida,

Las manos inocentes de los niños,

Las manos solidarias del que ama,

Las manos olvidadas del que sufre,

Las manos redentoras que bendicen,

Por que tus manos, Señor Flagelado, tus manos,… no son

Las manos de la usura sin medida.

Las manos que disparan a la vida,

Las manos que ensucian corazones,

Las manos que escalan posiciones,

Las manos que acumulan las riquezas,

Las manos que arrinconan a los desheredados,

Las manos que siempre,… miran para otro lado.

Decía San Juan de Dios “Haceos la caridad con vosotros mismos”, sabedor el santo de los pobres, que el mas cercano a nosotros,

es, el que más nos necesita, el pariente que no nos quiere,

el amigo que ya no es tan amigo,

el cofrade que no nos traga,…o no lo tragamos,…

Ahí está nuestra labor de confraternización,

ahí estamos, amarrándonos con Cristo…..

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que estando solo,

la vida se me escapa sin sentido,

vacía de amor y sin destino.

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que estando solo,

me pierdo por valles y por abismos,

enredado, quebrado y desmedido.

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que estando solo,

todo son dudas, temores, cobardías,

noche oscura, tinieblas, nunca es día.

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que solo en Ti, Atado y Flagelado,

y en ese cuerpo lacerado y malherido

encuentro vida y fuerza

para seguir el camino.

Nazareno en la Plaza

El Gobernador se ha lavado las manos y condena a Jesús a ser crucificado, los soldados han trenzado una corona de espinas y se la han clavado cruelmente en su cabeza, le hacen cargar una pesada Cruz y marchan camino del Calvario. La Pasión en Huescar llega a su cenit en una mañana de dolor que nada bueno presagia. La plaza espera al Nazareno. Muy temprano dejó los recios muros de Santiago. Dicen que en la calle Carril no podía casi ni andar, es mucho el escarnio producido, cuentan que en la Calle Angel consoló a un grupo de mujeres que lloraban por El, una de ellas le acercó a su hijo para que lo bendijera, por Noguera y calle Morote el Centurión y los soldados tuvieron que abrirse paso, porque la muchedumbre se agolpaba, el Nazareno camina lentamente dejando un rastro goteante de sangre sobre las piedras del camino, en la Plaza de la Aurora ha cruzado la mirada con su Madre, Ella rota de Amargura, ha sido consolada por San Juan y la Magdalena, El continua su camino hacia el Gólgota, que está cercano a la calle Alhóndiga. Pero … no puede mas y a su cuerpo lacerado le fallan las fuerzas, cayendo bajo la pesada Cruz, el corazón misericordioso de la Santa Mujer Verónica le enjuga el rostro, aliviando su pesar, continúa caminando y sus pasos vacilantes son violentados por el empujón de uno de los soldados que de nuevo le hace tambalearse y caer por segunda vez en tierra, levanta la cabeza dolorida llena de punzantes espinas y dirige la mirada hacia los que le rodean, su inmensa agonía, casi le impide oir el griterío de la muchedumbre, se levanta, el cortejo continúa,…. los soldados, sayones, servidores del Sanedrín, los dos malhechores que le acompañan al patíbulo, El, abrazado a la Cruz, ella es el instrumento de redención. El cortejo va saliendo de la plaza cuando vuelve a caer por tercera vez, la Cruz cae y aplasta sobre sus sagradas sienes, la trenzada corona de espinas haciendo insoportable el dolor, un grupo de mujeres con la Verónica al frente llegan hasta el Nazareno y limpian su rostro, quedando este milagrosamente plasmado en el blanco lienzo. La Verónica enseña al pueblo el rostro de Jesús. Y el pueblo enmudece.

Este pasaje evangélico es uno de los puntos cardinales de la Semana Santa de Huescar, durante siglos, de todos los alrededores gente sencillas, labradores y jornaleros vienen y se llenan de compasión ante las caídas del Nazareno y la valentía de la Verónica, ella le regala al pueblo el Santo Rostro, porque es el pueblo el que alivia la fatiga y los dolores del Nazareno, el que se compadece y carga, cual Cirineo, a llevar diariamente la Cruz.

De Huescar eres, Nazareno

Tú eres Cristo el Mesías,

El único Dios sangrante,

El único Dios, flagelado

El único Dios de espinas coronado

El único Dios ajusticiado.

De Huescar eres, Nazareno.

Lirio santo de Santiago,

caíste una y tres veces,

cuantas mas, has de caer

Rey de Reyes, Nazareno,

para que seamos hermanos.

Sin fuerzas vas caminando

abrazado al sagrado madero.

Los ojos, ciegos e hinchados,

la boca aplastada y seca,

el pelo entre las espinas,

y aquellas manos. Sus manos,

que removieron conciencias,

que calmaron tempestades,

las que acariciaron niños,

sanaron enfermedades,

y aliviaron tantas penas,

eran dos pobres muñones,

sucios de sangre y de tierra.

¡ Cortejo patibulario¡

Que hacia el Gólgota te lleva.

Tu eres Jesús Nazareno

el que murió perdonando.

De Huescar eres, Mesías,

el Rey, el Cristo, el Padre,

consuelo, perdón y guía

Descalzos

Un ronco tambor retumba en la noche. Huescar pide perdón, la reconciliación necesaria para encontrarnos con el amigo perdido, tender la mano al que está solo, volver la mirada al crucificado y por Él, sacrificarse y entregarse en nuestros hermanos. Hábitos negros surcan nuestras calles, en un ejercicio sin par de austeridad, la soga une fuertemente los cuerpos como uno solo y los dirige hacia el Perdón, la soga nos une al otro hermano y nos ayuda a perdonar, comunidad orante en diálogo directo con el Crucificado del Perdón y su Madre del Mayor Dolor. En las calles solo el susurro de la plegaria y la mirada hacia el que está pendiente en un sagrado madero. Silencio, silencio…

Los ojos implorantes del crucificado,

se han clavado en los míos,

y no he podido apartar la mirada.

Tus ojos, Señor, Dios mío,

me interrogan, a ver que hago.

Con la cabeza agachada,

mis manos le he presentado

y ve que las tengo vacías,

mi vida la vivo en vano.

Los ojos del crucificado,

miran para otro lado

y hablan al buen ladrón,

sus culpas ha perdonado.

Por eso, perdón,  Señor,

con las alforjas vacías,

no puedo estar a tu lado,

prometo arrepentimiento,

el camino he comenzado.

Por eso Señor de nuevo,

yo quiero estar a tu lado,

quiero que cuando me mires,

desde el sagrado madero,

tenga repletas mis manos,

de sacrificio y entrega,

y tendida hacia el hermano,

y pueda alzar la cabeza,

y encontrar esa mirada

llena de misericordia,

en los ojos de perdón,

de Cristo crucificado.

Consuelo

De la Cruz nos viene el Consuelo, en la Cruz clavado está el Divino Cordero, y desde la Plaza de la Ermita, se lo llevamos a Huescar entera, la noche de Jueves Santo,… pero tu Madre, la dueña de las soledades del alma, no quiere esta noche de calvario quedarse en casa y quiere seguir tu camino, pero…no te aflijas Madre mía, que para aliviar tu dolor, todos tus hijos cofrades te llevamos en el corazón, y la llama de este cirio es ofrenda y plegaria, es susurro y oración.

De vuelta ya, por la calle Mayor quiere ser calvario el Templo de María en su Anunciación, pero su barrio le espera, la Ermita quiere al Consuelo, y allí recibe a su gente que le quiere y que ya… le echaba de menos,…

Cristo que nos das Consuelo,

creido tantas veces, como llamas,

que, por cinco sentidos languideces,

y son cinco las bocas con que clamas,

rosal de cinco llagas y razones,

que florecen de espinas en tu frente.

Cristo que nos das Consuelo,

quiero sentirme entero y verdadero,

decirte con los cinco que te quiero.

Cinco veces creído, cinco amado,

por mis cinco sentido alertado,

cinco llagas vivida cinco veces.

Cristo que nos das Consuelo,

quiero gustar tu hiel, tocar tu frente,

sentir igual dolor, que tu alma siente.

Tú misma espina cruel

sentir entrar, en mi carne abierta,

quero abrasarme de Amor,

y estar de pié, junto a la Cruz,

cuando ya la Primavera alerta.

Cristo que de amor estás lleno,

Cristo que nos llevas al cielo,

Cristo que nos das la vida,

Cristo que nos das Consuelo.

Expiración

La tarde va pasando lentamente y todo se ha consumado, en las manos del Padre, encomienda el Divino Cordero su espíritu, la tierra tiembla, el velo del Templo se rasga y entonces, solo entonces… muchos creyeron que verdaderamente, el Crucificado era el Hijo de Dios.

Por Alhóndiga, calvario oscense, de fuertes cimientos cristianos, Jesús ha expirado en la Cruz, rotas las Auroras, desvanecidas las Esperanzas, sublimado el Mayor de los Dolores, solo nos queda Piedad y Soledades.

En una portentosa imagen que rehiciera el venerable imaginero granadino Domingo Sanchez Mesa, a quien una soberana cabeza, reliquia de siglos de devoción, estoy seguro que le dictó la hechura de su cuerpo de galileo, enjuto e inefable.

El Cristo, vértice de devoción secular, al que desde tierras cercanas y lejanas, le traían ofrendas, promesas, demandas de salud, de buenas cosechas, y a quien se encomendaba toda Huescar en momentos de peligro, confiando su suerte en su mejor alcalde, el Cristo, esa imagen que es enseña certera, de una hermandad vigorosa, comprometida e ilusionada. A EL, lo encontramos clavado en la Vera Cruz, la Cruz salvadora de nuestros ancestros.

Cuando yo digo Cruz, pesebre miento.

Belén y Nazareth, ofrenda y pino,

desierto, tempestad, y pan y vino.

Cenáculo, Getsemaní y prendimiento.

digo Jerusalem, Caifás, tormento.

Anás, Pilatos, Herodes, plebe, espino.

Cuando yo digo Cruz, traición yo siento,

tres cantares de gallo matutino,

sangre, agonía, y estertor sediento,

hablo de muerte alevosa, sin defensa,

lanzada en el costado, digo ofensa,

digo hiel y vinagre, la tierra tiembla.

Y veo un pueblo que expira junto a Ti,

Y digo Esperanza eterna,

Y dijo Jesús Nazareno,

Y digo Piedad de María,

Cuando yo digo Cruz, Vera Cruz siento.

Antigua devoción y sentimiento.

Cuando yo digo Cruz, redención siento.

Cristo expirando en el Monte Calvario.

Tumba y resurrección, al tercer día,

y digo Santiago, porción del cielo.

y digo salvación y siempre digo Virgen María.

Pero, cuando yo digo, Cruz,

Miro a la Cruz, y Expiración siento.

Piedad

Cristo es descendido de la Cruz y acunado en los brazos de su bendita Madre, la Virgen de la Piedad, al pié de la Cruz ha perdonado a sus enemigos, ha consolado y ha sufrido con su agonía, ha esperado su expiración, ha sentido como en propia carne, la lanzada que nunca supo que sería su primer cáliz, y ahora contempla al Hijo muerto, sin vida,… Sus cofrades enjugan su pena en un monte calvario despojado de piedras y convertido en un trono de lirios y plata deslumbrante, con los brazos de luces que al aire, quieren clementemente disimular el dolor, y en lo alto la Cruz, La Vera Cruz, envuelta en un santo sudario.

La Vera Cruz esencia histórica de añejas devociones.

La Cruz,…y siempre María al pié de la vida, al pié de la Cruz.

Dame tu mano, María,

la de las tocas moradas.

Clávame tus siete espadas

En esta carne baldía.

Deja que en lágrimas bañe

la orla negra de tu manto,

a los pies del árbol santo

donde tu fruto se mustia.

Capitana de la angustia:

No quiero que sufras tanto.

Que lejos, Madre, la cuna

y tus gozos de Belén.

¿Dónde está ya el mediodía

Luminoso, en que Gabriel

desde el marco del dintel

te saludó: -Ave María?

Virgen ya de la agonía,

tu Hijo, es el que muere ahí.

Déjame hacer junto a ti

ese augusto itinerario.

Para ir al monte Calvario,

cítame en Getsemaní.

El Viernes se ha metido en tinieblas, la noche es mas negra, la Virgen de la Piedad enseña a su Hijo, a lo largo de todo el Paseo, después de dejar la Plaza sobrecogida en silencio,… Santiago espera ansioso la llegada de la Madre en el Calvario, las últimas chicotá por Alhóndiga se desvanecen en lutos costaleros.

Virgen Madre de Piedad

Yo quiero enjugar tu llanto

Junto a esa Vera Cruz

Verdadero árbol santo.

Ya no hay lirios, ya no hay ni cera, ni incienso, ni fajas ajustadas, ni músicas, ni piropos  ni saetas, ni varales cimbreando, ni estandartes, ni banderas, solo nos queda la noche por delante y una enlutada, duermevela.

Yacente

La noche, el silencio y el dolor, lo inunda todo y una vez descendido del árbol de la Cruz hay que enterrar el cuerpo sin vida del Maestro, de nuevo la gubia genial de Sánchez Mesa, se llena en esta ocasión de luto, para sacar de la madera el cuerpo exánime del justo, y lo deja reposar en una Sagrada urna, que Huescar recibe en silencio y con el máximo respeto. La noche ha llegado pero ahora, no reina ni el azahar, ni el jazmín, ni el lirio brilla en su color, el clavel se ha apagado y la rosa sus pétalos ha deshojado,…

Solo el desasosiego llena nuestra alma. El Maestro ha muerto, todo se ha terminado.

Señor que en el sepulcro estás

Quiero pedirte perdón,

Señor, por tu nacimiento,

por tu huida a Egipto

siendo aún, niño de pecho.

Por tu vida en Nazaret,

por que no tuvistes piedra,

para descansar tu cuerpo.

porque todos te vendieron,

porque todos te negaron,

por tu agonía en el huerto,

porque fuiste flagelado,

y de espinas coronado.

Por la Cruz que te cargaron,

sobre tus vencidos huesos,

por aquellas tres caídas,

por tu amargura, sin freno,

cuando vistes a tu madre,

sangrándote por los suelos.

Por los clavos de tus manos,

por la herida del costado,

por el gólgota siniestro,

por la fiebre en la agonía,

por tu expiración, ya seco

sin unas gotas de sangre,

en las venas de tu cuerpo.

Perdóname las mentiras

y todos los golpes de pecho,

de ese decir, que te quiero,

y de olvidarme, al instante,

de tanto como te hicieron.

Si tú quieres perdonarme,

desde la paz de tu cielo,

acéptame esta oración,

que es pregón y sentimiento.

Perdóname el desvarío

y el daño que te haya hecho

ven, que te entierre en mi pecho,

de cofrade, Cristo mío.

En el Sagrado Sepulcro,

Yacente te veo, Señor.

Pero la Fe nos anuncia,

que antes de rayar el alba,

será la Resurrección.

La Pasión por María, en Huescar.

Desde la mañana de ramos hasta el negro Viernes Santo hemos caminado por todas las calles de Huescar rememorando la Pasión de nuestro Señor, pero la Pasión de Cristo en Huescar, no se puede entender sin contemplar la Pasión de la Madre, pensar en María, facilita hacer un pregón de Semana Santa, y aquí es venerada desde hace muchos siglos, Ella es el punto de mira de nuestros quehaceres cotidianos, el refugio de nuestras penas, el bálsamo de nuestras amarguras, y el pañuelo de nuestras lágrimas. Ella también padece, y los cofrades para aliviar sus penas, la convertimos en Reina, le ofrecemos lo mejor de nuestra casa. Si todo nos parece poco para nuestra madre en la tierra, todo nos parece nada, para nuestra Madre del cielo, a Ella siempre Honor y Gloria.

Yo peregrino cofrade, hoy en Huescar, aunque gaditano y granadino de adopción, te traigo Madre de Dios, desde Granada, mi palabra y una flor, que rebosa sentimientos que salen del corazón.

De la orilla del Darro y el Genil,

yo vengo desde Granada,

a traerte Madre Santa de Huescar,

las flores que allí nacieron,

con versos de mil palabras.

En amaneceres, de emociones contenidas.

En atardeceres, de nieves encarnadas.

En noches desveladas de poesía.

Flores para coronar tu frente,

para perfumar tu cara,

para alfombrar tu paso,

y tu sonrisa de nácar.

Flores desde Motril a la Vega,

del Marquesado a la Costa,

de la Alpujarra al Poniente,

del Albayzin a la Alhambra.

De las cumbres nevadas del Veleta,

a los bellos paisajes de la Sagra.

Pues toda la provincia quiere,

rendirse a esta bella ciudad.

Capitana de la Historia,

sacra cabeza eclesial,

y antesala de la gloria.

Hoy te traigo Madre a Huescar,

del jazmín su primer aroma,

de la celinda su alegre estallido,

del gladiolo la luz que disipa,

y del clavel su gesto sencillo.

De la cala su inacabado suspiro,

de la azucena su beso mas tierno,

del tulipán su probada nobleza,

de la rosa su delicada caricia,

del lirio su eterna pasión,

y del azahar su eterna sonrisa.

Flores, flores que perfuman,

tu carita nazarena,

de Madre de Dios, Santa y Buena.

de Dolores y de Aurora,

Mayor Dolor y Esperanza,

al pié de la Cruz Piedad,

y en los corazones de Huescar,

la Reina de la Soledad.

Dolores

Dolores de Huescar, Dolores de Viernes, de un Viernes que presagia la Pasión de Cristo y de otro Viernes que confirma que todo se ha consumado, con el cielo encima de sus ojos, o con un dorado palio mecida por sus costaleros, de la calle Mayor eres Reina y Señora.

Ahí tienes a mi madre. Una espada

cruel la dejó maltrecha y malherida.

Mírala intrépida, sin ser vencida

por la muerte, la noche ni la nada.

Ahí tienes a mi madre inmaculada,

plantada al pie del árbol de la vida.

¡Qué bien supo ser madre, siempre uncida

a mí, ¡ay, ya sin mi, qué desolada!

Te doy aquella, a quien yo más quería,

la que es mi pan y paño de agonía.

Mira su corazón: es ya tu casa

abierta y encendida: ¡entra y pasa!

Ahí tienes a tu madre y madre mía.

Mírala. Es nuestra madre y es María.

Del dolor eres Reina y Señora,

Llanto incontenible en la noche velada.

Lloraba a su Jesús y Ella así llora,

dulce tristeza que inunda el alma.

Viene a confortar al Hijo amortajado,

como en su niñez hizo y rememora,

aquellos besos y caricias, que ahora

en cáliz de muerte, se han tornado.

Te recuerdo, entre cirios y entre flores,

entre plata quemándose la cera,

caminando mecida entre fervores.

Te recuerdo por las calles, enlutada,

alzada al cielo por tus costaleros,

la música sonando, los saeteros…

¡Todo por alegrarte esa mirada!

En Viernes de Dolores

y en Viernes Santo os espero;

Sigo en mi altar y desde él os pido:

“Haced lo que Él os diga.” porque os quiero.

Mayor Dolor

La Madre solo quiere silencio la noche del Martes Santo,

y un reguero encadenado, de oraciones,

Virgen del Mayor Dolor,

negro hábito de pena, que vienes pidiendo perdón,

aquí no hay poesía, ni rimas, ni oro, ni plata, ni varales, Madre mía. Es tu dolor tan intenso que Mayor Dolor te llaman,

sigues la senda de los encordados, pies descalzos en el duro suelo, propósito de enmienda, contrición serena,

todo por llegar contigo al cielo.

Solo silencio te ofrezco,

en la fría noche estrellada,

doce de ellas se han plantado,

junto a tu cara apenada.

Para que mas jazmín que tus manos,

mas azucenas que tu cara,

son rosas tus labios secos,

y un clavel es tu mirada.

Oyeme Madre, virgencita,

llena de sencilla pureza,

que de la noche eres el sol,

quiero caminar con tu Hijo,

quiero pedirle perdón,

y quiero aliviar tus dolores,

Virgen del Mayor Dolor.

San Juan

San Juan el discípulo amado, aunque se queda dormido en el Huerto, sigue al Maestro hasta el calvario, y allí recibe por Madre a la que es Madre de Dios. Juan, el discípulo mas cofrade, al que mas procesionamos en toda la geografía nacional, durante la Semana Santa, San Juan con su palma, palma de victoria y eternidad. San Juan el ejemplo perfecto para cualquier cofrade, porque es él, el que se mantiene fiel a su Maestro y valiente, junto a María de Magdala, la mujer pecadora que una vez arrepentida de sus flaquezas, acompaña a Jesús hasta el final.

Como la mujer cofrade, en muchos casos soporte de nuestras cofradías, a ellas mi reconocimiento, mujeres cofrades ejemplo sacrificado de madres entregadas, espejos de las mejores virtudes de la Virgen María, sencillas, trabajadoras, eficaces, vuestro aliento ha hecho de la Semana Santa de Huescar, la realidad que hoy todos disfrutamos. Adelante, que sois capaces de tejer la gloria en vuestras manos, la solidaridad en vuestros corazones, sois los pilares de la familia cofrade oscense, que María de Nazaret os premie en la tierra vuestra entrega misionera sin medidas.

Aurora

La Virgen de la Aurora, acompañada de San Juan, se planta en su plaza para decirle a Huescar cuanto sabe de Amarguras. Dejas tu ermita, que es joyel de plegarias seculares, pararrayos de la gracia divina, y ya la plaza te reclama, pero por tu cara asoman dos lágrimas que ensombrecen tu inocente rostro de niña.

¿Por qué lloras, Aurora,

con llanto en la atardecida,

si al salir de la capilla

eres, Madre, recibida

por tu barrio, con ternura?

Tú eres excelsa criatura,

del rosal, rosa escogida

de inmaculada blancura,

la escalera descendida,

desde su altísima altura,

por Dios, para su venida

a esta tierra. Tú, obertura

de redención prometida,

¿Por qué lloras, Aurora?

Reina de gloria futura,

domingo de amanecida.

Tu que estás de Gracia llena,

caminas junto a San Juan,

y María Magdalena.

De la mañana eres el sol,

de la noche las estrellas,

Virgen buena de la Aurora,

que llorando vas de pena,

porque al Hijo de tus entrañas,

en la columna lo ultrajan,

lo han coronado de espinas,

y al calvario ya lo llevan.

San Juan no la dejes sola,

y tu también Magdalena,

se la mujer Verónica,

que a Dios su rostro serena.

Déjame que yo te siga,

déjame que yo te quiera,

déjame secar tus lágrimas,

déjame quitar tu pena,

ayúdame San Juan bendito,

yo no quiero, que sufra Ella,

ni que siga padeciendo,

te quiero ver, Madre mía,

junto a San Juan y sonriendo.

Esperanza

En la Comendadora iglesia de la Orden de Santiago, una flor morena espera ser besada por todo un pueblo, la Virgen de la Esperanza, rosa escogida de Santiago, es el centro de las miradas de sus cofrades, ¿Que le pide ese padre que sale con sus hijos de penitente?, ¿Que le ruega esa madre que con tanta ilusión ha preparado las túnicas de toda su familia?, y hasta saca el tiempo que no existe, para preparar unas torrijas y un rico arroz con leche, para a la vuelta reponer fuerzas de una dura penitencia. Y ¿ el costalero?, ¿Qué le pide cuando clava sus ojos en Ella?...Trabajo , salud, ayuda, futuro!. Ella recoge las miradas y los deseos y los lleva ante su hijo, que en la Cruz eternamente expira.

La puerta de Santiago, se abre y el pulso se acelera, las emociones afloran, y el aire se llena de música, piropos y saetas, el gentío se agolpa en la Plaza, y ésta se llena de verde esperanza. De verde, plata y oro, de verde cera y flor…

¡ Dios te salve María,

Señora y Reina de Santiago!

Bendita entre las mujeres

y bendito sea tu Barrio,

que por Madre a Ti te tiene.

¡ Dios te Salve María!

Salve en el jardín de mis plegarias,

bambalina, de secuelas costaleras

en el palio de mi alma.

¡Dios te salve Señora!

Faro que guía al mundo,

perdido entre las tristezas.

¡Dios te salve Esperanza!

De la tierra, la flor más bella,

y de los lares celestiales,

eres lucero y estrella.

Cuando las estrellas bajan,

para iluminar la noche,

y los luceros escalan,

las mas altas espadañas,

en la voz de mil gargantas,

¡ Un Ave María en Santiago!

Es el pueblo que te canta,

el saludo de Gabriel,

y con la oración desgrana,

su profunda confianza,

en la Madre que cobija,

y es causa de nuestra alegría.

Reina y Madre de la Iglesia.

Caricia y sol en mis venas.

Aurora de los caminos.

Esperanza y vida eterna.

Sonrisa del corazón.

Pastora igual que reina.

Alegría en mis tristezas.

Alivio de nuestras penas.

Rosa de mis espinas.

Luz de mis ojos ciegos.

Sacrosanta Nazarena.

Piropo que en mis labios tiembla.

Pura, Hermosa e Inmaculada,

Mas brillante que una estrella.

Virgen de la fe perfecta.

Virgen del Amor más grande.

Virgen de bondad inmensa.

Cielo de mi esperanza,

Y de Huescar gloria excelsa.

Virgen y Madre de Dios.

Vaso de la eterna Gracia.

Cuando en la tierra me vea,

abandonado y en desgracia,

mirándote a los ojos,

recupero la Esperanza.

Una noche de Miércoles Santo en Huescar,

es justo, lo que cabe dentro del Arco del Cristo,

cuando el palio de la Esperanza,

juega con sus varales y las cales de los siglos,

y  se deslumbra la luna, que envidiosa ilumina,

la torre del Homenaje, de este rincón castizo,

lleno de tradición y honores,

porque la historia, lo quiso.

La noche del Miércoles Santo se llena de oraciones, en la calle Alhóndiga, interminable Via Sacra, y es que no queremos, que el sol de su rostro, se vaya, y se haga la negra noche.

Vámonos para Santiago, manda el llamador preciso, y un puñado de corazones hecha el resto, Alhóndiga en silencio escucha una oración plasmada, en pentagramas de sonidos celestiales.

Y entre varales de plata, entre flores y entre cirios, vámonos para Santiago, dice la Esperanza buena, que allí me espera mi hijo.

¡Dios te salve, Reina y Madre!

¡Dios te salve, Llena de gracia!

Esperanza de Santiago.

¡Tesoro que nos das consuelo!

¡Ampáranos bajo tu manto,

y llévanos contigo al  cielo!

Soledad Coronada

Noche de la Soledad, la Ermita se queda sin la Madre, porque Ella va en busca de Huescar, que le profesa ya mas de cuatro siglos de amor, a María en su Soledad. Ella, va a recibir los más hondos sentimientos y emociones, las profundas plegarias y oraciones. Los piropos mas queridos, las saetas y las flores, para Ella que es la reina, y que reina en los corazones…..

Triunfal ha dejado la Plaza, y por Carril ya se adentra en la calle Mayor,… San Gabriel que es un arcángel celoso, le pide una parada en su Iglesia. En la primera hora del Sábado Santo, la Virgen de la Soledad, llega a la casa en donde encarnó a su Hijo.

Los sagrados muros de la imponente fábrica renacentista, son mas relicario que nunca, con la presencia de tan augusta Señora, en este santo lugar Coronada Canónicamente, por toda la Iglesia plena, en día dos de Febrero de 2008, testigo fui, con mi Cofradía del Huerto, de aquel sagrado momento, y luego del reguero de amor que fue derramando Ella, cuando la llevamos a su Ermita-Santuario, desde donde todos los días reina y vela por sus hijos.

En silencio la Madre espera la atardecida del Sábado Santo. En sus manos juntas atesora la amargura acumulada, de tanto sufrimiento por el Hijo que yace muerto.  Pero ¿que te pasa Madre?

Por tu rostro de jazmín,

corre el llanto y la agonía,

con una angustia sin fin,

es una pena de Madre,

que nace en Getsemaní.

¡Ay, Madre, si yo pudiera,

dar mi vida, por tu llanto,

por tu dolor, mi alma entera.!

Poder arrancarte la pena,

del cáliz de tu hermosura.

¡Ay , Madre, que yo quisiera,

ofrecerte en penitencia,

cuanto hay de noble y derecho,

en la cárcel de mi pecho,

en la luz de mi existencia!

Madre mía, no llores más.

Que es Huescar  toda, un pañuelo,

para tu llanto, Señora,

que toda orante, te aclama,

para ofrecerte consuelo.

¿Quién aromó de nardo tu belleza?,

¿Quién gubió tu dolor, quien hizo humana,

esa pálida piel, esa tristeza?

¿Quién al sol de la tarde, fortaleza

de nácar viva, de inocencia llana,

en la mejilla niña y luz de grana,

de tu boca, bordó tanta pureza?

Que no me digan a mí,

que hay alguna más bonita,

mas pura, ni mas bendita,

ni que se parece a ti.

Que ni el mismo sol de Abril,

ni la mas blanca azucena,

ni un querubín en el cielo

soñó cara mas hermosa.

Ni es mas triste el desconsuelo,

de la madre mas sufriente,

remedio de soledades,

que tu eres la penitente,

y no conoce fronteras,

la angustia que hay en tu frente.

Tú eres la flor mas hermosa,

del jardín de Nazaret,

la chiquilla que a José,

Dios, otorgó por esposa.

Que yo daría cualquier cosa,

por calmarte tus dolores,

Soledad, que sigues, fuerte

al rey de los redentores.

La Oración, el Consuelo, La Ermita,

La Plaza, el barrio, la gente.

De los mares, la perla mas pura,

alabastro de Gracia refulgente,

de los enfermos la salud,

de los pecadores el refugio,

pues toda Huéscar bendita,

por Madre te tiene y llama,

Madre de Dios en el Cielo,

Madre nuestra en la Ermita,

Te aclamamos soberana.

San Gabriel recompensa la espera de María, anunciándole que su Hijo esa noche resucita y desde la iglesia mayor, sale la Madre a las calles de la ciudad, como embajadora de la buena nueva.

Una explosión de gloria devuelve a la virgen a su barrio, las calles se llenan de besos, de piropos a la Madre buena de la Soledad, la que tenemos a diario en nuestra casa, en un sitio de honor y a la que nos encomendamos en la salud, en el trabajo, pidiendo por nuestros padres y familiares, rogando por nuestros hijos y amigos.

Ella la Madre que todo lo puede, la divina intercesora, en el Sábado Santo es Aurora, Esperanza, Piedad y el Mayor de los Dolores, Ella se va a buscar a sus hijos por las calles y plazas, bendiciendo sus casas, allá por Campillos, por la Plaza de Santa Adela, por Santas, hasta ir acercándose a su Ermita Santuario. Una alfombra de pétalos multicolores la recibe para aliviar sus penas,…

Mira Soledad bendita, como tu palio se mece, tu palio bordado por rosas místicas, del Real Monasterio Comendador de Granada, parece el cielo en la Tierra, al compás de corazones, de tus hijos costaleros, que te llevan con primores.

Virgen de misericordia

Emperatriz de Bondad,

tus hijos con devoción

te veneran Coronada,

Reina de la Soledad.

Palio

Tomo palabras prestadas y sabias, del Padre Iniesta, sacerdote y cofrade, él nos dice que…en nuestra tierra,…

… “esta manera sensible de creer, esa religiosidad, que se hace cultura en la totalidad compleja de lo cofrade,

se concentra en la máquina de la belleza que es, un paso de palio.

Resulta, la máxima invención de los andaluces para ofrendar la belleza a la Virgen.

Es el medido derroche de nuestra estética,

un objeto litúrgico pasmoso,

la plata con la flor,

el meneo con la gracia,

la luz y sus contrastes,

el ritmo, la mesura, la locura serena,

la devoción vuelta una joya de pétalos,

de ceras,

el ofertorio de sudor ácido costalero,

la letanía de todas las artes decorativas.

Un paso de palio es el trono en el que Ella reina,

es el compás de su andar,

el landó en que nos llega,

una porción del cielo,

la ermita caminante,

el rincón de su huerto,

su mirador, su reja, su ventana encendida,

su jardín floreciendo,

la sala en que recibe,

su balcón para vernos,

su casa, su joyero,

su tocador privado, el carmen en que vive,

las campanas de su torre,

la oficina en que atiende,

la puerta de los cielos,

un resumen de la gloria,

un piropo creyente,

un incendio entre flores,

todos los mayos juntos,

el fanal de la gracia, la máquina de plata,

un soneto de lujo,

la oración de los ojos,

el sitio de la amada,

el Tabor de la Virgen,

su Primera Concepción,

su Asunción postrera,

su sagrario y custodia,

su peso compartido,

la ampliación del rosario.

Un paso de palio es…un paso de palio es prenderle fuego a un jardín y llevárselo mecido por las calles de Huescar.

In Memoriam……..

Y que nunca, se nos olvide, que si en Semana Santa, traemos el cielo a la tierra, traemos la gloria a nuestras calles, también se vienen, desde arriba, nuestros predecesores, esos que en tiempos difíciles, amaron y sustentaron a nuestras cofradías, cuidaron nuestras imágenes y que en estos días, forman una multitud invisible y feliz, delante de cada paso, nuestros padres, abuelos, aquellos que cuando éramos niños, nos llevaron a nuestra cofradía, tíos, aquella que durante tantos años nos planchó la túnica como nadie, nos acercó después de la plaza, el caramelo o el agua, familiares, amigos, a los que un día aciago, llevamos a sus casas la Banderola de difuntos,…

…Y que ya no están con nosotros, limpiando la plata, poniendo la flor o en los bancos durante los cultos, esos a los que diariamente notamos su ausencia, pero que en estos días, … van allí, delante de sus titulares, llenos de gozo, o… ¿es que no los veis?, mirad los ojos de nuestros Cristos y Vírgenes, allí los vereis reflejados, de ellos recibimos, esta herencia, este mandato, de celebrar así, la Semana Santa, para ellos una oración perfumada de incienso y un recuerdo emocionado, y ….silencio, pero miradlos, sentirlos, junto a vosotros, miradlos allí delante de los pasos de nuestros titulares, allí, …allí  están,…¡En la gloria!.

¡Y al tercer día resucitó!

Los brotes de la primavera, son obra de Dios, inventor y creador de la primavera y de la vida. Los frutos del verano son obra de Dios, regalo que otorga al género humano que se lo gana con el sudor de su frente. Y también Dios Padre, nos dio a su Hijo Resucitado, para que el Divino Cordero glorificado inunde, nuestras casas, familias y nuestros corazones con su presencia viva, para que nos refuerce la Fe, nos llene de caridad para con los demás, hasta que nos duela, como nos pide la Santa Teresa de Calcuta, y nos comprometa al perdón.

Y todo eso que Dios quiere de todos nosotros, sabe Huescar representarlo a la perfección, en la mañana del Domingo de Resurrección.

La Historia nos ha legado un patrimonio de Fe y de Arte, representado en una maravillosa fábrica argéntea,

la Torrecilla, la Torre en donde Dios vive.

Incienso de alabanza repujado,

la saeta de plata,

el mejor cofre, que nunca jamás, humano ideó,

la oración cincelada, dirigida al Padre,

un golpe de gloria en la tierra,

elevado hacia el cielo,

filigrana de ascendentes plegarias,

un pararrayos de la divinidad,

esbelto castillo de ángeles y santos.

Paraíso perdido y encontrado.

El sitio en donde lo adoramos.

El punto de fuga de nuestra Fé.

El lugar de donde tomamos la luz, sin ocaso.

Allí está el Amor, poco amado

Allí estás Señor, Inmaculado.

El único que posee la inmortalidad.

Que escuchas toda petición,

aún antes de ser formulada.

Vuélvete a nosotros,

visítanos en tu bondad

reúnenos a todos en tu reino,

fortalécenos con tu verdad,

defiéndenos con tu poder.

Venid y tomad la luz,

de la Luz sin ocaso.

Glorificad a Cristo resucitado.

Exulten los cielos, goce la tierra,

haga fiesta el universo todo,

Visible e invisible.

¡Alegría eterna,

porque Cristo ha resucitado!

¡Vivan las Santas!

La Semana Santa ha culminado, pero Huescar quiere más, y para rubricar sus vivencias cofrades y hermandad, para dar Fe de tan Sagrado Misterio, dos santas navarras firmaron con su sangre la Historia, y se vinieron a vivir con nosotros, para ejemplo de todos y memoria eterna.

Madrugada de las Santas,

Fiesta de Despertadores,

Guitarras, panderos, platillos

Se escuchan ya, por los montes,

Las mártires del Señor,

Testigos de nuestra Fe,

Se alejan ya de su ermita

Ya vienen por los senderos.

¡Gloria a Nunilón bendita!,

Y a ti Alodía ¡La Gloria!

Patronas de la ciudad.

Orgullo del pueblo oscense.

Estandartes de su historia.

Y así termina el Pregonero sus palabras, os paso el testigo a vosotros, cofrades de Huescar, haced la Semana Santa. La vuestra.

He dicho.

Mariano Sánchez Pantoja.

Huescar, Iglesia Mayor de Santa María de la Encarnación, en el tercer Domingo de la Cuaresma del año 2013.

El día 28 de febrero, Día de Andalucía.

Se dió por terminado este Pregón de la Semana Santa de Huescar, en su elaboración me siento deudor de las palabras que en su día escribieron ilustres cofrades, como el Rvdo P. Enrique Iniesta, el Rvdo. P. Francisco Contreras, el poeta José Gonzalez Moreno y amigos entrañables en el quehacer cofrade como Jose Cecilio Cabello Velasco, Armando Ortiz y el recordado Jose Luis Clements.

A todos ellos mi agradecimiento por ayudarme a iluminar el momento adecuado y por acompañarme con sus palabras a buscar los sentimientos y las emociones, por las calles y plazas de Huescar.

PREGON

SEMANA SANTA

HUESCAR 2013

MARIANO SANCHEZ PANTOJA

IGLESIA MAYOR DE SANTA MARIA DE LA ENCARNACION

3 DE MARZO A LAS 13H, TERCER DOMINGO DE CUARESMA

Pórtico

La voz del Pregonero proclama y anuncia el sentir de sus hermanos cofrades. Quieren estas palabras convocaros a una nueva Semana Santa, continuadora de la que en 1488, hace mas de 500 años, recién incorporada la ciudad a la Corona de Castilla y a la Mitra Primada de Toledo, conmemoraron vuestros antecesores. Desde aquellos épicos siglos, habéis alimentado con convicción, entrega, devoción, sacrificio y generosidad, un rico patrimonio de Fe y Amor a la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Salvador y a los Dolores de su Santísima Madre, la Virgen María. Desde este Templo de Santa María de la Encarnación, Iglesia Mayor en la sede apostólica accitana de San Torcuato, y por casi cinco siglos Vicaria de la Catedral de Toledo en el reino de Granada, os traigo las palabras de San Juan de la Cruz, que por aquí pasó, que aquí rezó ante vuestras imágenes y que le dedicó estos versos a María, en el momento álgido de la Historia de nuestra Fe, que representa la Encarnación.

A María en su Anunciación

Entonces llamó a un arcángel

que San Gabriel se decía,

y enviolo a una doncella

que se llamaba María,

con cuyo consentimiento,

el Misterio se hacía;

y en la cual la Trinidad

de carne al Verbo vestía.

Y el que tenía solo Padre

ya también Madre tenía,

quedando el Verbo encarnado

en el vientre de María.

San Juan de la Cruz

Con el HAGASE de María se inicia el Misterio de la Salvación. El HAGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA, permite que lleguemos hasta la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. El Hágase de María, nos abre las puertas para contemplar la Semana Santa de Huescar, de modo que, HAGASE un año mas el cielo en la tierra, preparemos nuestros enseres, las jarras, los varales, palios, faroles y candelerías, estandartes y banderas penitenciales, cortemos la flor mas bella para exornar nuestros pasos, renovemos esencias cofrades, preparemos nuestro hábitos, ajusten sus fajas y apresten los hombros esa vigorosa juventud costalera, celebremos la elegancia y la belleza de las tradicionales mantillas, suenen las cornetas, las trompetas y los tambores, de nuestras formaciones musicales, escuelas ejemplares de compañerismo y convivencia, disfrutemos con las sublimes melodías de una armoniosa música en un difícil trance urbano, que nos eleva el alma y nos rompe en emociones y recuerdos, vivamos la mañana jubilosa cofrade, la imparable cadencia de la atardecida en donde el cielo acompaña en vivos colores los sentimientos sagrados, descubramos la noche mas intensa, el aire perfumado de mil fragancias, impregnemos de incienso nuestras oraciones, iluminemos nuestro camino penitencial con centenares de cirios ofrenda sincera a nuestras mas queridas devociones, abramos los balcones y los rincones del alma a la voz desgarrada de sentidas saetas, lancemos al aire plegarias, vítores, piropos y ….silencio.

Ha llegado la Cuaresma, sus solemnes Cultos, Quinarios y Novenas, no son sino una parada en nuestra vida diaria y que dedicamos a nuestras devociones mas queridas. Parémonos un momento, unas horas, unos días, detengámonos, …. Porque un año mas nos encontraremos con los ojos llorosos de nuestra Madre bendita, implorantes, apenados, perdidos y casi ausente ante tanto dolor. No hay dolor como el de una Madre que pierde injustamente a su Hijo. Ella que lo acunó en un humilde pesebre, lo vio crecer en sabiduría y bondad, lo va a ver temeroso y abandonado en el Huerto, prendido, azotado, escarnecido, insultado, injustamente condenado, con la Cruz a cuestas, camino del Calvario,… en donde morirá y una vez descendido de nuevo volverá a sus brazos maternales, que se romperán de dolor en soledades.

Autoridades.

Ilustrísimo Sr. D. Juan José Toral,  Canónigo del Cabildo de la santa y Apostólica Iglesia Catedral de Guadix. Y párroco de Santa María de la Encarnación de Huescar.

Ilustrisimo Sr. Alcalde del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad de Huescar.

Rvdo. Sr. Vicario Parroquial

Sr. Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de Huescar.

Sres. Presidentes y Juntas de Gobiernos de las Cofradías y hermandades de Huescar.

Dignísimas autoridades, cofrades, familiares y amigos que nos acompañais.

La Huescar Cofrade

Una año mas, en Lunes Santo, la Huescar Cofrade se reúne en torno al Vía Crucis, camino de la Cruz, camino de la Fe. Recorremos las catorce Estaciones contemplando como el Hijo de Dios se hace humano y sufriente, cada una de las escenas y momentos del Vía Crucis están llenos de actualidad, en cualquier medio de comunicación  encontramos asuntos que figuran en el Vía Crucis: el abandono de los débiles, las condenas injustas, la solidaridad con los necesitados, la impotencia ante los poderosos, los desheredados por la sociedad, la omisión ante la responsabilidad, el odio entre los pueblos, el inalcanzable perdón entre los hermanos…

En el Vía Crucis no solo contemplamos lo que le sucedió a nuestro Maestro, sino que tenemos que meditar y reflexionar sobre nuestras actitudes como cofrades ante los sucesos en la “Vía Diaria”. De otra manera la vía, del Vía Crucis, no nos llevará a ninguna parte. Agrupémonos ese Lunes Santo, todos los cofrades, amigos, familiares, costaleros, todos juntos sigamos los pasos del Maestro, los pasos que nos hacen crecer en la Fé, en la Caridad, en la Solidaridad. Los pasos que son el Camino, la Verdad y la Vida.

Porque la misión del cofrade es dar testimonio público de su Fe. Comprometidos con la sociedad que le rodea, encarnados en ella.

Entenderlo de otra manera nos convertiría en pura superficialidad, en fanáticos sin sentido, de anacrónicas ceremonias.

La Cofradía es el lugar del encuentro con el Hermano, el sitio en donde se relacionan las familias cofrades, el espacio para el pueblo cristiano, que siente y vive de una forma especial y plena la Semana Snta, es la Escuela de la Fe, el campo de trabajo de la caridad, el trampolín para la esperanza de una sociedad, en la que tenemos mucho que decir, estamos en este mundo para construir una sociedad mas justa y las cofradías pueden y deben ser los cimientos. Nos lo recuerda nuestro Obispo D. Ginés, en la Carta Cuaresmal:  “…Decir Creo exige un Creemos. No creo solo, creo con los otros. La Fe es comunitaria, porque así lo ha querido Dios.”.

Sintámonos orgullosos de vivir la Fe en nuestra cofradía. El año pasado habeis dado un paso histórico reordenando vuestras procesiones, seguid juntos perfeccionando la Semana Mayor, queda mucho por hacer, darle el protagonismo a cada noche, a cada mañana y a cada imagen, todos juntos lo conseguiréis, sintámonos orgullosos de ser cofrades, proclamémoslo en nuestros entornos de amistad y de trabajo, somos cofrades, ciudadanos de primera comprometidos con Jesús y su evangelio. Con orgullo y responsabilidad,… ¡Soy, y somos cofrades!.

La Pasión con Jesús, en Huescar.

Y ahora vamos a caminar, con Jesús, en esta mañana cuaresmal siguiendo sus pasos, por nuestras calles y plazas, y vamos a vivir con intensidad sus últimas horas. Voy a pintar con la palabra, lo que la emoción vive en las calles de Huescar.  Proclamemos el Santo Evangelio según el quinto Evangelista: el pueblo.

Hágase la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Hágase la Semana Santa de Huescar.

La que nos legaron nuestros mayores. La nuestra.

Entrada en la ciudad santa

Jesús desde temprano, había avisado a sus discípulos que quería entrar en la ciudad santa. Desde el faro espiritual de casi cuatro siglos y medio, que representa el Convento de las Madres Dominicas un revuelo de palmas anuncian el acontecimiento, Jesús, el Maestro, el Rabí viene con los suyos, y va entrando por el Paseo en olor de multitudes y montado en un asno, los niños de Huescar agitan felices las ramas de olivo, los niños cofrades estrenan ilusiones y la mañana soleada, que acuna con el sol la mas popular y sencilla de las procesiones, los cofrades portan las palmas, símbolo que anuncian la venida de un Rey. ¡Hosanna al Hijo de David!¡ Bendito el que viene en nombre del Señor!.

El cortejo se adentra en la plaza y se va acercando a la Iglesia Mayor, en donde el Señor con sus discípulos partirá el Pan, como en la Ultima Cena, y se dará a comer el Cuerpo de Cristo, anunciando que será entregado por la Redención de todos, y se bendecirá el Vino que convertido en Sangre de Cristo será derramada por todos nosotros para perdón de nuestros pecados. Las doce bóvedas de la Iglesia Mayor asisten como los 12 apóstoles a esta Institución del sacramento de nuestra Fé.

Huerto

Antes de que el sol decline, Jesús y los suyos se adentran por la calle Mayor, la Plaza de la Aurora y la calle Morote hacia la Ermita de la Soledad, mas allá de donde acaban las murallas de la ciudad y que en la tarde del Domingo de Ramos es el nuevo  Huerto de Getsemaní, allí lo encontramos sobre un paso cuajado de romero, de hierbas aromáticas, recogidas del paraje de las Santas y que huelen a La Sagra, de claveles y de lirios, El Señor de la Oración, acaba también de despedirse de su Madre de la Soledad que se queda en su palio encendido, como las ascuas de un corazón ardiente en amores hacia el Hijo, Ella sabe que inicia un camino sin retorno.

En el centro de la plaza,  bajo un olivo y confortado por el angel Egudiel aparece Jesús, la emoción se multiplica, el paso cargado por corazones juveniles se presenta al pueblo y con el pueblo como testigo, Jesús le pide al Padre que si es posible le aparte el cáliz de amargura, pero por encima de su voluntad humana están los designios de Dios, “el cordero ha de ser llevado al matadero”, lo profetizó Isaías y así debe ser. En su gran dimensión humana, Jesús siente miedo y con miedo ante el abandono de los suyos se queda solo… ¡SOLO!.

Dime Señor,

¿Donde están tus amigos?

Los que esta mañana te han vitoreado,

Los que esta mañana te han bendecido.

Con los que compartiste el Pan

Con los que bebiste el Vino

Dime Señor,

¿Donde están tus amigos?

Les dijiste que tu oración velaran

Y se han quedado dormidos

En un momento de supremo abandono

desfallece el cordero divino

Mas no se haga mi voluntad Padre

Cumpliré, con amargura mi destino.

Dime Señor,

¿Donde están tus amigos?

Ya vienen con lanzas y palos,

Jesús en el Huerto es vendido

por treinta monedas de plata,

precio, de la traición de un amigo.

Jesús en el Huerto, es prendido.

Jesús se queda solo en el Huerto de Getsemaní, pero en la vuelta a su casa por calle Morote y en la Plaza de la Ermita… los corazones de sus hijos lo arropan, le acunan, lo piropean, le rezan plegarias, le lanzan saetas, allí están sus amigos, la gente sencilla, muchos sin trabajo, los jóvenes desencantados sin horizonte que mirar, los abuelos temerosos pensando que va a ser de sus nietos,

los padres apretando firme las manos de los mas pequeños,

todos miran la cara temerosa de Jesús y se ven reflejados en sus temores, por treinta monedas vendieron a Jesús, ellos hoy no valen ante la codicia de una sociedad egoísta, ni ese precio.

Pero ahí están delante de la Ermita, tus amigos de verdad, hasta el final, con ilusiones, compromiso, con unidad, con responsabilidad, allí, todos junto a Egudiel, el angel Confortador, al pié del olivo,

allí consolándote, están tus cofrades y el pueblo sencillo.

Porque este año, si, este año el cielo quiere, que el Domingo de Ramos, sea Domingo de Olivos.

Pretorio

Los criados del Sanedrín han llevado a Jesús ante la autoridad, para que sea juzgado, pero antes ablandan su voluntan con golpes, insultos y escarnios. Atado y Flagelado se nos presenta Jesús desde la Ermita de la Aurora. La Plaza convertida en pretorio del Gobernador romano, atado y flagelado sobre un suelo de clavel rojo, que quiere empapar la sangre derramada del Redentor, impasible, el soldado se recrea en el castigo y el sayón golpea con saña, la divina espalda del Hijo de Dios.

La escena es alumbrada por cuatro brazos llameantes de luz sobre unos  barrocos respiraderos dorados. El momento llena de catequesis nuestros ojos cofrades y nos hacen meditar,

como es posible que,…..

El, con las manos atadas, hace que los ciegos vean, que los cojos anden, que los mudos hablen y que a los pobres se les predique el reino de Dios,….

Nosotros, con las manos abiertas, no somos capaces de amar, de perdonar, de practicar la caridad, de consolar al necesitado,

De mirar, con ojos limpios de futuro, al que está a nuestro lado.

¿Será que no tenemos las manos libres?

¿A que estamos atados……?

¿A que nos gusta, seguir estando atados…….?

Flagelado… te veo a diario, en tu altar,

Veo diariamente, tus manos,

que son las que están en esa columna,  pero que también son:….

Las manos del enfermo desahuciado,

Las manos del que pide,… lo que sobra,

Las manos de la madre ante la vida,

Las manos inocentes de los niños,

Las manos solidarias del que ama,

Las manos olvidadas del que sufre,

Las manos redentoras que bendicen,

Por que tus manos, Señor Flagelado, tus manos,… no son

Las manos de la usura sin medida.

Las manos que disparan a la vida,

Las manos que ensucian corazones,

Las manos que escalan posiciones,

Las manos que acumulan las riquezas,

Las manos que arrinconan a los desheredados,

Las manos que siempre,… miran para otro lado.

Decía San Juan de Dios “Haceos la caridad con vosotros mismos”, sabedor el santo de los pobres, que el mas cercano a nosotros,

es, el que más nos necesita, el pariente que no nos quiere,

el amigo que ya no es tan amigo,

el cofrade que no nos traga,…o no lo tragamos,…

Ahí está nuestra labor de confraternización,

ahí estamos, amarrándonos con Cristo…..

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que estando solo,

la vida se me escapa sin sentido,

vacía de amor y sin destino.

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que estando solo,

me pierdo por valles y por abismos,

enredado, quebrado y desmedido.

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que estando solo,

todo son dudas, temores, cobardías,

noche oscura, tinieblas, nunca es día.

Amarrado quiero estar Señor contigo,

Que solo en Ti, Atado y Flagelado,

y en ese cuerpo lacerado y malherido

encuentro vida y fuerza

para seguir el camino.

Nazareno en la Plaza

El Gobernador se ha lavado las manos y condena a Jesús a ser crucificado, los soldados han trenzado una corona de espinas y se la han clavado cruelmente en su cabeza, le hacen cargar una pesada Cruz y marchan camino del Calvario. La Pasión en Huescar llega a su cenit en una mañana de dolor que nada bueno presagia. La plaza espera al Nazareno. Muy temprano dejó los recios muros de Santiago. Dicen que en la calle Carril no podía casi ni andar, es mucho el escarnio producido, cuentan que en la Calle Angel consoló a un grupo de mujeres que lloraban por El, una de ellas le acercó a su hijo para que lo bendijera, por Noguera y calle Morote el Centurión y los soldados tuvieron que abrirse paso, porque la muchedumbre se agolpaba, el Nazareno camina lentamente dejando un rastro goteante de sangre sobre las piedras del camino, en la Plaza de la Aurora ha cruzado la mirada con su Madre, Ella rota de Amargura, ha sido consolada por San Juan y la Magdalena, El continua su camino hacia el Gólgota, que está cercano a la calle Alhóndiga. Pero … no puede mas y a su cuerpo lacerado le fallan las fuerzas, cayendo bajo la pesada Cruz, el corazón misericordioso de la Santa Mujer Verónica le enjuga el rostro, aliviando su pesar, continúa caminando y sus pasos vacilantes son violentados por el empujón de uno de los soldados que de nuevo le hace tambalearse y caer por segunda vez en tierra, levanta la cabeza dolorida llena de punzantes espinas y dirige la mirada hacia los que le rodean, su inmensa agonía, casi le impide oir el griterío de la muchedumbre, se levanta, el cortejo continúa,…. los soldados, sayones, servidores del Sanedrín, los dos malhechores que le acompañan al patíbulo, El, abrazado a la Cruz, ella es el instrumento de redención. El cortejo va saliendo de la plaza cuando vuelve a caer por tercera vez, la Cruz cae y aplasta sobre sus sagradas sienes, la trenzada corona de espinas haciendo insoportable el dolor, un grupo de mujeres con la Verónica al frente llegan hasta el Nazareno y limpian su rostro, quedando este milagrosamente plasmado en el blanco lienzo. La Verónica enseña al pueblo el rostro de Jesús. Y el pueblo enmudece.

Este pasaje evangélico es uno de los puntos cardinales de la Semana Santa de Huescar, durante siglos, de todos los alrededores gente sencillas, labradores y jornaleros vienen y se llenan de compasión ante las caídas del Nazareno y la valentía de la Verónica, ella le regala al pueblo el Santo Rostro, porque es el pueblo el que alivia la fatiga y los dolores del Nazareno, el que se compadece y carga, cual Cirineo, a llevar diariamente la Cruz.

De Huescar eres, Nazareno

Tú eres Cristo el Mesías,

El único Dios sangrante,

El único Dios, flagelado

El único Dios de espinas coronado

El único Dios ajusticiado.

De Huescar eres, Nazareno.

Lirio santo de Santiago,

caíste una y tres veces,

cuantas mas, has de caer

Rey de Reyes, Nazareno,

para que seamos hermanos.

Sin fuerzas vas caminando

abrazado al sagrado madero.

Los ojos, ciegos e hinchados,

la boca aplastada y seca,

el pelo entre las espinas,

y aquellas manos. Sus manos,

que removieron conciencias,

que calmaron tempestades,

las que acariciaron niños,

sanaron enfermedades,

y aliviaron tantas penas,

eran dos pobres muñones,

sucios de sangre y de tierra.

¡ Cortejo patibulario¡

Que hacia el Gólgota te lleva.

Tu eres Jesús Nazareno

el que murió perdonando.

De Huescar eres, Mesías,

el Rey, el Cristo, el Padre,

consuelo, perdón y guía

Descalzos

Un ronco tambor retumba en la noche. Huescar pide perdón, la reconciliación necesaria para encontrarnos con el amigo perdido, tender la mano al que está solo, volver la mirada al crucificado y por Él, sacrificarse y entregarse en nuestros hermanos. Hábitos negros surcan nuestras calles, en un ejercicio sin par de austeridad, la soga une fuertemente los cuerpos como uno solo y los dirige hacia el Perdón, la soga nos une al otro hermano y nos ayuda a perdonar, comunidad orante en diálogo directo con el Crucificado del Perdón y su Madre del Mayor Dolor. En las calles solo el susurro de la plegaria y la mirada hacia el que está pendiente en un sagrado madero. Silencio, silencio…

Los ojos implorantes del crucificado,

se han clavado en los míos,

y no he podido apartar la mirada.

Tus ojos, Señor, Dios mío,

me interrogan, a ver que hago.

Con la cabeza agachada,

mis manos le he presentado

y ve que las tengo vacías,

mi vida la vivo en vano.

Los ojos del crucificado,

miran para otro lado

y hablan al buen ladrón,

sus culpas ha perdonado.

Por eso, perdón,  Señor,

con las alforjas vacías,

no puedo estar a tu lado,

prometo arrepentimiento,

el camino he comenzado.

Por eso Señor de nuevo,

yo quiero estar a tu lado,

quiero que cuando me mires,

desde el sagrado madero,

tenga repletas mis manos,

de sacrificio y entrega,

y tendida hacia el hermano,

y pueda alzar la cabeza,

y encontrar esa mirada

llena de misericordia,

en los ojos de perdón,

de Cristo crucificado.

Consuelo

De la Cruz nos viene el Consuelo, en la Cruz clavado está el Divino Cordero, y desde la Plaza de la Ermita, se lo llevamos a Huescar entera, la noche de Jueves Santo,… pero tu Madre, la dueña de las soledades del alma, no quiere esta noche de calvario quedarse en casa y quiere seguir tu camino, pero…no te aflijas Madre mía, que para aliviar tu dolor, todos tus hijos cofrades te llevamos en el corazón, y la llama de este cirio es ofrenda y plegaria, es susurro y oración.

De vuelta ya, por la calle Mayor quiere ser calvario el Templo de María en su Anunciación, pero su barrio le espera, la Ermita quiere al Consuelo, y allí recibe a su gente que le quiere y que ya… le echaba de menos,…

Cristo que nos das Consuelo,

creido tantas veces, como llamas,

que, por cinco sentidos languideces,

y son cinco las bocas con que clamas,

rosal de cinco llagas y razones,

que florecen de espinas en tu frente.

Cristo que nos das Consuelo,

quiero sentirme entero y verdadero,

decirte con los cinco que te quiero.

Cinco veces creído, cinco amado,

por mis cinco sentido alertado,

cinco llagas vivida cinco veces.

Cristo que nos das Consuelo,

quiero gustar tu hiel, tocar tu frente,

sentir igual dolor, que tu alma siente.

Tú misma espina cruel

sentir entrar, en mi carne abierta,

quero abrasarme de Amor,

y estar de pié, junto a la Cruz,

cuando ya la Primavera alerta.

Cristo que de amor estás lleno,

Cristo que nos llevas al cielo,

Cristo que nos das la vida,

Cristo que nos das Consuelo.

Expiración

La tarde va pasando lentamente y todo se ha consumado, en las manos del Padre, encomienda el Divino Cordero su espíritu, la tierra tiembla, el velo del Templo se rasga y entonces, solo entonces… muchos creyeron que verdaderamente, el Crucificado era el Hijo de Dios.

Por Alhóndiga, calvario oscense, de fuertes cimientos cristianos, Jesús ha expirado en la Cruz, rotas las Auroras, desvanecidas las Esperanzas, sublimado el Mayor de los Dolores, solo nos queda Piedad y Soledades.

En una portentosa imagen que rehiciera el venerable imaginero granadino Domingo Sanchez Mesa, a quien una soberana cabeza, reliquia de siglos de devoción, estoy seguro que le dictó la hechura de su cuerpo de galileo, enjuto e inefable.

El Cristo, vértice de devoción secular, al que desde tierras cercanas y lejanas, le traían ofrendas, promesas, demandas de salud, de buenas cosechas, y a quien se encomendaba toda Huescar en momentos de peligro, confiando su suerte en su mejor alcalde, el Cristo, esa imagen que es enseña certera, de una hermandad vigorosa, comprometida e ilusionada. A EL, lo encontramos clavado en la Vera Cruz, la Cruz salvadora de nuestros ancestros.

Cuando yo digo Cruz, pesebre miento.

Belén y Nazareth, ofrenda y pino,

desierto, tempestad, y pan y vino.

Cenáculo, Getsemaní y prendimiento.

digo Jerusalem, Caifás, tormento.

Anás, Pilatos, Herodes, plebe, espino.

Cuando yo digo Cruz, traición yo siento,

tres cantares de gallo matutino,

sangre, agonía, y estertor sediento,

hablo de muerte alevosa, sin defensa,

lanzada en el costado, digo ofensa,

digo hiel y vinagre, la tierra tiembla.

Y veo un pueblo que expira junto a Ti,

Y digo Esperanza eterna,

Y dijo Jesús Nazareno,

Y digo Piedad de María,

Cuando yo digo Cruz, Vera Cruz siento.

Antigua devoción y sentimiento.

Cuando yo digo Cruz, redención siento.

Cristo expirando en el Monte Calvario.

Tumba y resurrección, al tercer día,

y digo Santiago, porción del cielo.

y digo salvación y siempre digo Virgen María.

Pero, cuando yo digo, Cruz,

Miro a la Cruz, y Expiración siento.

Piedad

Cristo es descendido de la Cruz y acunado en los brazos de su bendita Madre, la Virgen de la Piedad, al pié de la Cruz ha perdonado a sus enemigos, ha consolado y ha sufrido con su agonía, ha esperado su expiración, ha sentido como en propia carne, la lanzada que nunca supo que sería su primer cáliz, y ahora contempla al Hijo muerto, sin vida,… Sus cofrades enjugan su pena en un monte calvario despojado de piedras y convertido en un trono de lirios y plata deslumbrante, con los brazos de luces que al aire, quieren clementemente disimular el dolor, y en lo alto la Cruz, La Vera Cruz, envuelta en un santo sudario.

La Vera Cruz esencia histórica de añejas devociones.

La Cruz,…y siempre María al pié de la vida, al pié de la Cruz.

Dame tu mano, María,

la de las tocas moradas.

Clávame tus siete espadas

En esta carne baldía.

Deja que en lágrimas bañe

la orla negra de tu manto,

a los pies del árbol santo

donde tu fruto se mustia.

Capitana de la angustia:

No quiero que sufras tanto.

Que lejos, Madre, la cuna

y tus gozos de Belén.

¿Dónde está ya el mediodía

Luminoso, en que Gabriel

desde el marco del dintel

te saludó: -Ave María?

Virgen ya de la agonía,

tu Hijo, es el que muere ahí.

Déjame hacer junto a ti

ese augusto itinerario.

Para ir al monte Calvario,

cítame en Getsemaní.

El Viernes se ha metido en tinieblas, la noche es mas negra, la Virgen de la Piedad enseña a su Hijo, a lo largo de todo el Paseo, después de dejar la Plaza sobrecogida en silencio,… Santiago espera ansioso la llegada de la Madre en el Calvario, las últimas chicotá por Alhóndiga se desvanecen en lutos costaleros.

Virgen Madre de Piedad

Yo quiero enjugar tu llanto

Junto a esa Vera Cruz

Verdadero árbol santo.

Ya no hay lirios, ya no hay ni cera, ni incienso, ni fajas ajustadas, ni músicas, ni piropos  ni saetas, ni varales cimbreando, ni estandartes, ni banderas, solo nos queda la noche por delante y una enlutada, duermevela.

Yacente

La noche, el silencio y el dolor, lo inunda todo y una vez descendido del árbol de la Cruz hay que enterrar el cuerpo sin vida del Maestro, de nuevo la gubia genial de Sánchez Mesa, se llena en esta ocasión de luto, para sacar de la madera el cuerpo exánime del justo, y lo deja reposar en una Sagrada urna, que Huescar recibe en silencio y con el máximo respeto. La noche ha llegado pero ahora, no reina ni el azahar, ni el jazmín, ni el lirio brilla en su color, el clavel se ha apagado y la rosa sus pétalos ha deshojado,…

Solo el desasosiego llena nuestra alma. El Maestro ha muerto, todo se ha terminado.

Señor que en el sepulcro estás

Quiero pedirte perdón,

Señor, por tu nacimiento,

por tu huida a Egipto

siendo aún, niño de pecho.

Por tu vida en Nazaret,

por que no tuvistes piedra,

para descansar tu cuerpo.

porque todos te vendieron,

porque todos te negaron,

por tu agonía en el huerto,

porque fuiste flagelado,

y de espinas coronado.

Por la Cruz que te cargaron,

sobre tus vencidos huesos,

por aquellas tres caídas,

por tu amargura, sin freno,

cuando vistes a tu madre,

sangrándote por los suelos.

Por los clavos de tus manos,

por la herida del costado,

por el gólgota siniestro,

por la fiebre en la agonía,

por tu expiración, ya seco

sin unas gotas de sangre,

en las venas de tu cuerpo.

Perdóname las mentiras

y todos los golpes de pecho,

de ese decir, que te quiero,

y de olvidarme, al instante,

de tanto como te hicieron.

Si tú quieres perdonarme,

desde la paz de tu cielo,

acéptame esta oración,

que es pregón y sentimiento.

Perdóname el desvarío

y el daño que te haya hecho

ven, que te entierre en mi pecho,

de cofrade, Cristo mío.

En el Sagrado Sepulcro,

Yacente te veo, Señor.

Pero la Fe nos anuncia,

que antes de rayar el alba,

será la Resurrección.

La Pasión por María, en Huescar.

Desde la mañana de ramos hasta el negro Viernes Santo hemos caminado por todas las calles de Huescar rememorando la Pasión de nuestro Señor, pero la Pasión de Cristo en Huescar, no se puede entender sin contemplar la Pasión de la Madre, pensar en María, facilita hacer un pregón de Semana Santa, y aquí es venerada desde hace muchos siglos, Ella es el punto de mira de nuestros quehaceres cotidianos, el refugio de nuestras penas, el bálsamo de nuestras amarguras, y el pañuelo de nuestras lágrimas. Ella también padece, y los cofrades para aliviar sus penas, la convertimos en Reina, le ofrecemos lo mejor de nuestra casa. Si todo nos parece poco para nuestra madre en la tierra, todo nos parece nada, para nuestra Madre del cielo, a Ella siempre Honor y Gloria.

Yo peregrino cofrade, hoy en Huescar, aunque gaditano y granadino de adopción, te traigo Madre de Dios, desde Granada, mi palabra y una flor, que rebosa sentimientos que salen del corazón.

De la orilla del Darro y el Genil,

yo vengo desde Granada,

a traerte Madre Santa de Huescar,

las flores que allí nacieron,

con versos de mil palabras.

En amaneceres, de emociones contenidas.

En atardeceres, de nieves encarnadas.

En noches desveladas de poesía.

Flores para coronar tu frente,

para perfumar tu cara,

para alfombrar tu paso,

y tu sonrisa de nácar.

Flores desde Motril a la Vega,

del Marquesado a la Costa,

de la Alpujarra al Poniente,

del Albayzin a la Alhambra.

De las cumbres nevadas del Veleta,

a los bellos paisajes de la Sagra.

Pues toda la provincia quiere,

rendirse a esta bella ciudad.

Capitana de la Historia,

sacra cabeza eclesial,

y antesala de la gloria.

Hoy te traigo Madre a Huescar,

del jazmín su primer aroma,

de la celinda su alegre estallido,

del gladiolo la luz que disipa,

y del clavel su gesto sencillo.

De la cala su inacabado suspiro,

de la azucena su beso mas tierno,

del tulipán su probada nobleza,

de la rosa su delicada caricia,

del lirio su eterna pasión,

y del azahar su eterna sonrisa.

Flores, flores que perfuman,

tu carita nazarena,

de Madre de Dios, Santa y Buena.

de Dolores y de Aurora,

Mayor Dolor y Esperanza,

al pié de la Cruz Piedad,

y en los corazones de Huescar,

la Reina de la Soledad.

Dolores

Dolores de Huescar, Dolores de Viernes, de un Viernes que presagia la Pasión de Cristo y de otro Viernes que confirma que todo se ha consumado, con el cielo encima de sus ojos, o con un dorado palio mecida por sus costaleros, de la calle Mayor eres Reina y Señora.

Ahí tienes a mi madre. Una espada

cruel la dejó maltrecha y malherida.

Mírala intrépida, sin ser vencida

por la muerte, la noche ni la nada.

Ahí tienes a mi madre inmaculada,

plantada al pie del árbol de la vida.

¡Qué bien supo ser madre, siempre uncida

a mí, ¡ay, ya sin mi, qué desolada!

Te doy aquella, a quien yo más quería,

la que es mi pan y paño de agonía.

Mira su corazón: es ya tu casa

abierta y encendida: ¡entra y pasa!

Ahí tienes a tu madre y madre mía.

Mírala. Es nuestra madre y es María.

Del dolor eres Reina y Señora,

Llanto incontenible en la noche velada.

Lloraba a su Jesús y Ella así llora,

dulce tristeza que inunda el alma.

Viene a confortar al Hijo amortajado,

como en su niñez hizo y rememora,

aquellos besos y caricias, que ahora

en cáliz de muerte, se han tornado.

Te recuerdo, entre cirios y entre flores,

entre plata quemándose la cera,

caminando mecida entre fervores.

Te recuerdo por las calles, enlutada,

alzada al cielo por tus costaleros,

la música sonando, los saeteros…

¡Todo por alegrarte esa mirada!

En Viernes de Dolores

y en Viernes Santo os espero;

Sigo en mi altar y desde él os pido:

“Haced lo que Él os diga.” porque os quiero.

Mayor Dolor

La Madre solo quiere silencio la noche del Martes Santo,

y un reguero encadenado, de oraciones,

Virgen del Mayor Dolor,

negro hábito de pena, que vienes pidiendo perdón,

aquí no hay poesía, ni rimas, ni oro, ni plata, ni varales, Madre mía. Es tu dolor tan intenso que Mayor Dolor te llaman,

sigues la senda de los encordados, pies descalzos en el duro suelo, propósito de enmienda, contrición serena,

todo por llegar contigo al cielo.

Solo silencio te ofrezco,

en la fría noche estrellada,

doce de ellas se han plantado,

junto a tu cara apenada.

Para que mas jazmín que tus manos,

mas azucenas que tu cara,

son rosas tus labios secos,

y un clavel es tu mirada.

Oyeme Madre, virgencita,

llena de sencilla pureza,

que de la noche eres el sol,

quiero caminar con tu Hijo,

quiero pedirle perdón,

y quiero aliviar tus dolores,

Virgen del Mayor Dolor.

San Juan

San Juan el discípulo amado, aunque se queda dormido en el Huerto, sigue al Maestro hasta el calvario, y allí recibe por Madre a la que es Madre de Dios. Juan, el discípulo mas cofrade, al que mas procesionamos en toda la geografía nacional, durante la Semana Santa, San Juan con su palma, palma de victoria y eternidad. San Juan el ejemplo perfecto para cualquier cofrade, porque es él, el que se mantiene fiel a su Maestro y valiente, junto a María de Magdala, la mujer pecadora que una vez arrepentida de sus flaquezas, acompaña a Jesús hasta el final.

Como la mujer cofrade, en muchos casos soporte de nuestras cofradías, a ellas mi reconocimiento, mujeres cofrades ejemplo sacrificado de madres entregadas, espejos de las mejores virtudes de la Virgen María, sencillas, trabajadoras, eficaces, vuestro aliento ha hecho de la Semana Santa de Huescar, la realidad que hoy todos disfrutamos. Adelante, que sois capaces de tejer la gloria en vuestras manos, la solidaridad en vuestros corazones, sois los pilares de la familia cofrade oscense, que María de Nazaret os premie en la tierra vuestra entrega misionera sin medidas.

Aurora

La Virgen de la Aurora, acompañada de San Juan, se planta en su plaza para decirle a Huescar cuanto sabe de Amarguras. Dejas tu ermita, que es joyel de plegarias seculares, pararrayos de la gracia divina, y ya la plaza te reclama, pero por tu cara asoman dos lágrimas que ensombrecen tu inocente rostro de niña.

¿Por qué lloras, Aurora,

con llanto en la atardecida,

si al salir de la capilla

eres, Madre, recibida

por tu barrio, con ternura?

Tú eres excelsa criatura,

del rosal, rosa escogida

de inmaculada blancura,

la escalera descendida,

desde su altísima altura,

por Dios, para su venida

a esta tierra. Tú, obertura

de redención prometida,

¿Por qué lloras, Aurora?

Reina de gloria futura,

domingo de amanecida.

Tu que estás de Gracia llena,

caminas junto a San Juan,

y María Magdalena.

De la mañana eres el sol,

de la noche las estrellas,

Virgen buena de la Aurora,

que llorando vas de pena,

porque al Hijo de tus entrañas,

en la columna lo ultrajan,

lo han coronado de espinas,

y al calvario ya lo llevan.

San Juan no la dejes sola,

y tu también Magdalena,

se la mujer Verónica,

que a Dios su rostro serena.

Déjame que yo te siga,

déjame que yo te quiera,

déjame secar tus lágrimas,

déjame quitar tu pena,

ayúdame San Juan bendito,

yo no quiero, que sufra Ella,

ni que siga padeciendo,

te quiero ver, Madre mía,

junto a San Juan y sonriendo.

Esperanza

En la Comendadora iglesia de la Orden de Santiago, una flor morena espera ser besada por todo un pueblo, la Virgen de la Esperanza, rosa escogida de Santiago, es el centro de las miradas de sus cofrades, ¿Que le pide ese padre que sale con sus hijos de penitente?, ¿Que le ruega esa madre que con tanta ilusión ha preparado las túnicas de toda su familia?, y hasta saca el tiempo que no existe, para preparar unas torrijas y un rico arroz con leche, para a la vuelta reponer fuerzas de una dura penitencia. Y ¿ el costalero?, ¿Qué le pide cuando clava sus ojos en Ella?...Trabajo , salud, ayuda, futuro!. Ella recoge las miradas y los deseos y los lleva ante su hijo, que en la Cruz eternamente expira.

La puerta de Santiago, se abre y el pulso se acelera, las emociones afloran, y el aire se llena de música, piropos y saetas, el gentío se agolpa en la Plaza, y ésta se llena de verde esperanza. De verde, plata y oro, de verde cera y flor…

¡ Dios te salve María,

Señora y Reina de Santiago!

Bendita entre las mujeres

y bendito sea tu Barrio,

que por Madre a Ti te tiene.

¡ Dios te Salve María!

Salve en el jardín de mis plegarias,

bambalina, de secuelas costaleras

en el palio de mi alma.

¡Dios te salve Señora!

Faro que guía al mundo,

perdido entre las tristezas.

¡Dios te salve Esperanza!

De la tierra, la flor más bella,

y de los lares celestiales,

eres lucero y estrella.

Cuando las estrellas bajan,

para iluminar la noche,

y los luceros escalan,

las mas altas espadañas,

en la voz de mil gargantas,

¡ Un Ave María en Santiago!

Es el pueblo que te canta,

el saludo de Gabriel,

y con la oración desgrana,

su profunda confianza,

en la Madre que cobija,

y es causa de nuestra alegría.

Reina y Madre de la Iglesia.

Caricia y sol en mis venas.

Aurora de los caminos.

Esperanza y vida eterna.

Sonrisa del corazón.

Pastora igual que reina.

Alegría en mis tristezas.

Alivio de nuestras penas.

Rosa de mis espinas.

Luz de mis ojos ciegos.

Sacrosanta Nazarena.

Piropo que en mis labios tiembla.

Pura, Hermosa e Inmaculada,

Mas brillante que una estrella.

Virgen de la fe perfecta.

Virgen del Amor más grande.

Virgen de bondad inmensa.

Cielo de mi esperanza,

Y de Huescar gloria excelsa.

Virgen y Madre de Dios.

Vaso de la eterna Gracia.

Cuando en la tierra me vea,

abandonado y en desgracia,

mirándote a los ojos,

recupero la Esperanza.

Una noche de Miércoles Santo en Huescar,

es justo, lo que cabe dentro del Arco del Cristo,

cuando el palio de la Esperanza,

juega con sus varales y las cales de los siglos,

y  se deslumbra la luna, que envidiosa ilumina,

la torre del Homenaje, de este rincón castizo,

lleno de tradición y honores,

porque la historia, lo quiso.

La noche del Miércoles Santo se llena de oraciones, en la calle Alhóndiga, interminable Via Sacra, y es que no queremos, que el sol de su rostro, se vaya, y se haga la negra noche.

Vámonos para Santiago, manda el llamador preciso, y un puñado de corazones hecha el resto, Alhóndiga en silencio escucha una oración plasmada, en pentagramas de sonidos celestiales.

Y entre varales de plata, entre flores y entre cirios, vámonos para Santiago, dice la Esperanza buena, que allí me espera mi hijo.

¡Dios te salve, Reina y Madre!

¡Dios te salve, Llena de gracia!

Esperanza de Santiago.

¡Tesoro que nos das consuelo!

¡Ampáranos bajo tu manto,

y llévanos contigo al  cielo!

Soledad Coronada

Noche de la Soledad, la Ermita se queda sin la Madre, porque Ella va en busca de Huescar, que le profesa ya mas de cuatro siglos de amor, a María en su Soledad. Ella, va a recibir los más hondos sentimientos y emociones, las profundas plegarias y oraciones. Los piropos mas queridos, las saetas y las flores, para Ella que es la reina, y que reina en los corazones…..

Triunfal ha dejado la Plaza, y por Carril ya se adentra en la calle Mayor,… San Gabriel que es un arcángel celoso, le pide una parada en su Iglesia. En la primera hora del Sábado Santo, la Virgen de la Soledad, llega a la casa en donde encarnó a su Hijo.

Los sagrados muros de la imponente fábrica renacentista, son mas relicario que nunca, con la presencia de tan augusta Señora, en este santo lugar Coronada Canónicamente, por toda la Iglesia plena, en día dos de Febrero de 2008, testigo fui, con mi Cofradía del Huerto, de aquel sagrado momento, y luego del reguero de amor que fue derramando Ella, cuando la llevamos a su Ermita-Santuario, desde donde todos los días reina y vela por sus hijos.

En silencio la Madre espera la atardecida del Sábado Santo. En sus manos juntas atesora la amargura acumulada, de tanto sufrimiento por el Hijo que yace muerto.  Pero ¿que te pasa Madre?

Por tu rostro de jazmín,

corre el llanto y la agonía,

con una angustia sin fin,

es una pena de Madre,

que nace en Getsemaní.

¡Ay, Madre, si yo pudiera,

dar mi vida, por tu llanto,

por tu dolor, mi alma entera.!

Poder arrancarte la pena,

del cáliz de tu hermosura.

¡Ay , Madre, que yo quisiera,

ofrecerte en penitencia,

cuanto hay de noble y derecho,

en la cárcel de mi pecho,

en la luz de mi existencia!

Madre mía, no llores más.

Que es Huescar  toda, un pañuelo,

para tu llanto, Señora,

que toda orante, te aclama,

para ofrecerte consuelo.

¿Quién aromó de nardo tu belleza?,

¿Quién gubió tu dolor, quien hizo humana,

esa pálida piel, esa tristeza?

¿Quién al sol de la tarde, fortaleza

de nácar viva, de inocencia llana,

en la mejilla niña y luz de grana,

de tu boca, bordó tanta pureza?

Que no me digan a mí,

que hay alguna más bonita,

mas pura, ni mas bendita,

ni que se parece a ti.

Que ni el mismo sol de Abril,

ni la mas blanca azucena,

ni un querubín en el cielo

soñó cara mas hermosa.

Ni es mas triste el desconsuelo,

de la madre mas sufriente,

remedio de soledades,

que tu eres la penitente,

y no conoce fronteras,

la angustia que hay en tu frente.

Tú eres la flor mas hermosa,

del jardín de Nazaret,

la chiquilla que a José,

Dios, otorgó por esposa.

Que yo daría cualquier cosa,

por calmarte tus dolores,

Soledad, que sigues, fuerte

al rey de los redentores.

La Oración, el Consuelo, La Ermita,

La Plaza, el barrio, la gente.

De los mares, la perla mas pura,

alabastro de Gracia refulgente,

de los enfermos la salud,

de los pecadores el refugio,

pues toda Huéscar bendita,

por Madre te tiene y llama,

Madre de Dios en el Cielo,

Madre nuestra en la Ermita,

Te aclamamos soberana.

San Gabriel recompensa la espera de María, anunciándole que su Hijo esa noche resucita y desde la iglesia mayor, sale la Madre a las calles de la ciudad, como embajadora de la buena nueva.

Una explosión de gloria devuelve a la virgen a su barrio, las calles se llenan de besos, de piropos a la Madre buena de la Soledad, la que tenemos a diario en nuestra casa, en un sitio de honor y a la que nos encomendamos en la salud, en el trabajo, pidiendo por nuestros padres y familiares, rogando por nuestros hijos y amigos.

Ella la Madre que todo lo puede, la divina intercesora, en el Sábado Santo es Aurora, Esperanza, Piedad y el Mayor de los Dolores, Ella se va a buscar a sus hijos por las calles y plazas, bendiciendo sus casas, allá por Campillos, por la Plaza de Santa Adela, por Santas, hasta ir acercándose a su Ermita Santuario. Una alfombra de pétalos multicolores la recibe para aliviar sus penas,…

Mira Soledad bendita, como tu palio se mece, tu palio bordado por rosas místicas, del Real Monasterio Comendador de Granada, parece el cielo en la Tierra, al compás de corazones, de tus hijos costaleros, que te llevan con primores.

Virgen de misericordia

Emperatriz de Bondad,

tus hijos con devoción

te veneran Coronada,

Reina de la Soledad.

Palio

Tomo palabras prestadas y sabias, del Padre Iniesta, sacerdote y cofrade, él nos dice que…en nuestra tierra,…

… “esta manera sensible de creer, esa religiosidad, que se hace cultura en la totalidad compleja de lo cofrade,

se concentra en la máquina de la belleza que es, un paso de palio.

Resulta, la máxima invención de los andaluces para ofrendar la belleza a la Virgen.

Es el medido derroche de nuestra estética,

un objeto litúrgico pasmoso,

la plata con la flor,

el meneo con la gracia,

la luz y sus contrastes,

el ritmo, la mesura, la locura serena,

la devoción vuelta una joya de pétalos,

de ceras,

el ofertorio de sudor ácido costalero,

la letanía de todas las artes decorativas.

Un paso de palio es el trono en el que Ella reina,

es el compás de su andar,

el landó en que nos llega,

una porción del cielo,

la ermita caminante,

el rincón de su huerto,

su mirador, su reja, su ventana encendida,

su jardín floreciendo,

la sala en que recibe,

su balcón para vernos,

su casa, su joyero,

su tocador privado, el carmen en que vive,

las campanas de su torre,

la oficina en que atiende,

la puerta de los cielos,

un resumen de la gloria,

un piropo creyente,

un incendio entre flores,

todos los mayos juntos,

el fanal de la gracia, la máquina de plata,

un soneto de lujo,

la oración de los ojos,

el sitio de la amada,

el Tabor de la Virgen,

su Primera Concepción,

su Asunción postrera,

su sagrario y custodia,

su peso compartido,

la ampliación del rosario.

Un paso de palio es…un paso de palio es prenderle fuego a un jardín y llevárselo mecido por las calles de Huescar.

In Memoriam……..

Y que nunca, se nos olvide, que si en Semana Santa, traemos el cielo a la tierra, traemos la gloria a nuestras calles, también se vienen, desde arriba, nuestros predecesores, esos que en tiempos difíciles, amaron y sustentaron a nuestras cofradías, cuidaron nuestras imágenes y que en estos días, forman una multitud invisible y feliz, delante de cada paso, nuestros padres, abuelos, aquellos que cuando éramos niños, nos llevaron a nuestra cofradía, tíos, aquella que durante tantos años nos planchó la túnica como nadie, nos acercó después de la plaza, el caramelo o el agua, familiares, amigos, a los que un día aciago, llevamos a sus casas la Banderola de difuntos,…

…Y que ya no están con nosotros, limpiando la plata, poniendo la flor o en los bancos durante los cultos, esos a los que diariamente notamos su ausencia, pero que en estos días, … van allí, delante de sus titulares, llenos de gozo, o… ¿es que no los veis?, mirad los ojos de nuestros Cristos y Vírgenes, allí los vereis reflejados, de ellos recibimos, esta herencia, este mandato, de celebrar así, la Semana Santa, para ellos una oración perfumada de incienso y un recuerdo emocionado, y ….silencio, pero miradlos, sentirlos, junto a vosotros, miradlos allí delante de los pasos de nuestros titulares, allí, …allí  están,…¡En la gloria!.

¡Y al tercer día resucitó!

Los brotes de la primavera, son obra de Dios, inventor y creador de la primavera y de la vida. Los frutos del verano son obra de Dios, regalo que otorga al género humano que se lo gana con el sudor de su frente. Y también Dios Padre, nos dio a su Hijo Resucitado, para que el Divino Cordero glorificado inunde, nuestras casas, familias y nuestros corazones con su presencia viva, para que nos refuerce la Fe, nos llene de caridad para con los demás, hasta que nos duela, como nos pide la Santa Teresa de Calcuta, y nos comprometa al perdón.

Y todo eso que Dios quiere de todos nosotros, sabe Huescar representarlo a la perfección, en la mañana del Domingo de Resurrección.

La Historia nos ha legado un patrimonio de Fe y de Arte, representado en una maravillosa fábrica argéntea,

la Torrecilla, la Torre en donde Dios vive.

Incienso de alabanza repujado,

la saeta de plata,

el mejor cofre, que nunca jamás, humano ideó,

la oración cincelada, dirigida al Padre,

un golpe de gloria en la tierra,

elevado hacia el cielo,

filigrana de ascendentes plegarias,

un pararrayos de la divinidad,

esbelto castillo de ángeles y santos.

Paraíso perdido y encontrado.

El sitio en donde lo adoramos.

El punto de fuga de nuestra Fé.

El lugar de donde tomamos la luz, sin ocaso.

Allí está el Amor, poco amado

Allí estás Señor, Inmaculado.

El único que posee la inmortalidad.

Que escuchas toda petición,

aún antes de ser formulada.

Vuélvete a nosotros,

visítanos en tu bondad

reúnenos a todos en tu reino,

fortalécenos con tu verdad,

defiéndenos con tu poder.

Venid y tomad la luz,

de la Luz sin ocaso.

Glorificad a Cristo resucitado.

Exulten los cielos, goce la tierra,

haga fiesta el universo todo,

Visible e invisible.

¡Alegría eterna,

porque Cristo ha resucitado!

¡Vivan las Santas!

La Semana Santa ha culminado, pero Huescar quiere más, y para rubricar sus vivencias cofrades y hermandad, para dar Fe de tan Sagrado Misterio, dos santas navarras firmaron con su sangre la Historia, y se vinieron a vivir con nosotros, para ejemplo de todos y memoria eterna.

Madrugada de las Santas,

Fiesta de Despertadores,

Guitarras, panderos, platillos

Se escuchan ya, por los montes,

Las mártires del Señor,

Testigos de nuestra Fe,

Se alejan ya de su ermita

Ya vienen por los senderos.

¡Gloria a Nunilón bendita!,

Y a ti Alodía ¡La Gloria!

Patronas de la ciudad.

Orgullo del pueblo oscense.

Estandartes de su historia.

Y así termina el Pregonero sus palabras, os paso el testigo a vosotros, cofrades de Huescar, haced la Semana Santa. La vuestra.

He dicho.

Mariano Sánchez Pantoja.

Huescar, Iglesia Mayor de Santa María de la Encarnación, en el tercer Domingo de la Cuaresma del año 2013.

El día 28 de febrero, Día de Andalucía.

Se dió por terminado este Pregón de la Semana Santa de Huescar, en su elaboración me siento deudor de las palabras que en su día escribieron ilustres cofrades, como el Rvdo P. Enrique Iniesta, el Rvdo. P. Francisco Contreras, el poeta José Gonzalez Moreno y amigos entrañables en el quehacer cofrade como Jose Cecilio Cabello Velasco, Armando Ortiz y el recordado Jose Luis Clements.

A todos ellos mi agradecimiento por ayudarme a iluminar el momento adecuado y por acompañarme con sus palabras a buscar los sentimientos y las emociones, por las calles y plazas de Huescar.

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